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Cómo motivar a los estudiantes que estudian a distancia en tiempos de COVID

Por Kristen DiCerbo, Directora de Aprendizaje de Khan Academy
Como padres, tal vez se estén preguntando cómo motivar a sus hijos para aprender desde casa durante el cierre extendido de las escuelas. La investigación educativa muestra que existen consejos y tácticas sencillas que los padres pueden emplear para mantener a sus hijos interesados.
Obtener nuevas habilidades es satisfactorio y divertido, pero el proceso de aprendizaje puede ser desafiante. Además, el aprendizaje a distancia ofrece nuevas oportunidades de distracción. En un estudio (en inglés) realizado con alumnos universitarios que tomaban cursos en línea, se encontró que había un 25% más de probabilidad de que estos estudiantes hicieran múltiples actividades a la vez, cuando deberían estar haciendo tareas académicas. Además, en casa existen muchas otras distracciones no digitales, pocas o nulas señales para ayudar al alumno a volverse a enfocar y no hay pausas integradas, como los recreos en la escuela. La buena noticia es que hay cosas que podemos hacer para ayudar a los niños a enfocarse.
Antes de sumergirnos en la investigación acerca de la motivación, tómate unos minutos para aprender acerca de un primer paso, simple pero importante, para que la educación impartida en casa sea efectiva: el ambiente de aprendizaje. Aquí encontrarás nuestras sugerencias para optimizar el espacio de aprendizaje en casa.
Una vez hecho esto, podemos pasar a las preguntas acerca de cómo mantener motivados a los estudiantes. Una de las teorías de motivación más importantes es la teoría de expectativa-valor. Esta teoría sirve como un buen marco de referencia para pensar sobre cómo la gente se motiva en la educación y en muchas otras áreas de la vida. La teoría sostiene que es más probable que las personas hagan algo cuando esperan tener éxito en ello y cuando valoran la actividad.
Quizá puedas relacionar esto con tu propia vida. Es más probable que hagas algo cuando piensas que tendrás éxito y es menos probable que lo hagas si crees que tienes posibilidades de fracasar. Este valor puede surgir de un sentimiento interior, como la felicidad. Puede surgir de una meta que tengas, como aprender un nuevo idioma porque vas a viajar.
Entonces, una buena forma de pensar acerca de cómo motivar a niños de todas las edades para hacer tareas escolares es considerar dos preguntas:
1) ¿Cómo puedo ayudarles a creer que tendrán éxito?
2) ¿Cómo puedo ayudarles a incrementar el valor de la actividad?
Establecer metas y supervisar el avance Establecer metas y supervisar el avance son motivadores poderosos, ya que impactan tanto en las expectativas de éxito como en el valor de la tarea. Algunas sugerencias para establecer metas adecuadamente:
  • Pregúntale a la maestra de tu hijo acerca de las metas para el grupo y para tu hijo y cómo les está dando seguimiento. Si la maestra ya estableció metas claras y métodos de seguimiento, los publicó claramente y ha hablado con tu hijo acerca de su progreso, puedes ir directamente a los dos últimos puntos de esta lista.
  • Conversa con tu hijo acerca de establecer metas. Cuando los estudiantes son parte de la conversación, desarrollan un sentimiento de apropiación de la meta, lo que la hace más valiosa. Aquí hay unos ejemplos rápidos para distintas edades:
  • 6 años: A esta edad, dale a tu hijo metas a corto plazo y opciones muy específicas. Por ejemplo: “Vamos a elegir una cosa que realmente podamos asegurar que vamos a hacer esta mañana. Podemos escribir las oraciones que van con estas tres imágenes o podemos terminar estos diez problemas de sumas”.
  • 11 años: Trabaja junto con tu hijo para crear metas con plazos mayores que estén divididas en partes más pequeñas. Continúa orientándolo, como, “Mh… ¿cómo crees que se sentirá tu yo del viernes si dejas todo tu trabajo para ese día?”. Por ejemplo: “Vamos a establecer tus metas de matemáticas para cada día de esta semana. Veamos tu material. ¿Qué quieres haber terminado para el final de la semana? (o ¿qué es lo que te dijo tu maestro que necesitabas terminar para el final de la semana?) ¿Cómo quieres dividir ese trabajo en los cinco días de esta semana?”.
  • 16 años: Centra la atención de tu hijo en lo que quiere aprender, y luego muévanse hacia lo que debería hacer para aprender eso. Por ejemplo: “¿Qué es lo que tienes que aprender en esta unidad? ¿Qué necesitas hacer para aprender esto? ¿Cuánto tiempo vas a trabajar en esta unidad? ¿Cómo vas a dividir lo que tienes que hacer durante ese tiempo?”.
  • Asegúrate de que la meta sea razonable y pueda lograrse en un tiempo corto. Si eliges una meta a largo plazo, establece metas más pequeñas en el camino. Fijar un objetivo razonable ayuda a que tus hijos experimenten el éxito, lo que los motivará a seguir avanzando.
  • Determina cómo sabrás si tu hijo está avanzando hacia la meta y cómo sabrás cuando la haya alcanzado. Piensa en todas las aplicaciones que monitorean nuestra actividad física o nuestro presupuesto. Podemos monitorear de manera similar una buena conducta de aprendizaje. Tener una meta medible es la clave para saber si la has alcanzado, y por consiguiente, experimentar esos sentimientos positivos que acompañan al éxito.
  • Habla sobre cómo se relaciona la meta con las cosas que valora tu hijo. ¿La habilidad que le interesa aprender se relaciona con un pasatiempo? ¿La meta se relaciona con algún trabajo que quiera tener en el futuro? ¿Se relaciona con algo más que quiera aprender? Hacer que la actividad sea relevante para tu hijo aumenta su valor.
  • Documenta lo que tu hijo puede hacer si siente que no avanza. Cuando están aprendiendo, los estudiantes no van a tener éxito el 100% de las veces. Planea cómo va a obtener ayuda cuando encuentre algún problema, de manera que la probabilidad de que renuncie sea menor y que pueda ver un camino al éxito aún cuando haya dificultades.
Aprovecha al máximo las recompensas
Finalmente, cuando hablamos de motivación y metas, la pregunta que siempre surge es: ¿deberíamos recompensar a los niños por su trabajo escolar? La teoría de expectativa-valor presenta las recompensas como una forma de aumentar el valor de una tarea. Sin embargo, las recompensas tienen también sus desventajas, como que pueden reducir la motivación interna que tus hijos puedan tener hacia una tarea. Así que, si vas a usarlas, aquí hay unas sugerencias:
  • Recuerda que hay muchos tipos de recompensas, como una felicitación, demorar un poco la hora de dormir o una visita al jardín de juegos. Mantén pequeñas las recompensas y enfócate en cosas que estés dispuesto a dar más de una vez.
  • Usa las recompensas para motivar a tus hijos a hacer algo que de otra forma probablemente no harían. Al principio, recompénsalos frecuentemente y por pequeñas cosas y, gradualmente, alarga el tiempo entre recompensas conforme ellos comiencen a experimentar los beneficios naturales de su comportamiento.
  • Asegúrate de que tus hijos saben bien por qué conducta en específico se les está recompensando.
  • Centra las recompensas en el esfuerzo, no en los resultados.
  • De vez en cuando, da recompensas sorpresa. Haz que el momento y el tipo de recompensa sean inesperados. Cuando la gente sabe que puede existir una recompensa, pero no cuándo va a recibirla, es más probable que persistan en la conducta que tiene por resultado una recompensa.
  • Trabaja junto con tus hijos mayores en un plan que incluya qué esfuerzo y resultados merecen recompensas.
Recuerda, las recompensas no son malas en sí mismas. Aun como adulta, ha habido ocasiones en las que me recompenso con un chocolate por escribir 45 minutos seguidos. Creo que iré por uno ahora mismo. Hay muchas ideas de motivación más que ansío discutir en futuras publicaciones.

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