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1º Secundaria CyT
Curso: 1º Secundaria CyT > Unidad 6
Lección 1: Características de los seres vivosHomeostasis
¿Alguna vez te has preguntado por qué tu temperatura se mantiene en 37 grados centígrados? Aprende sobre la homeostasis y cómo tu cuerpo mantiene una temperatura estable. Creado por MIT + K12.
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Transcripción del video
¿Cómo logramos mantener una temperatura
corporal estable cuando nos colocamos una bolsa de hielo o una bolsa
de agua caliente sobre la piel? La temperatura corporal saludable es de 37
grados Celsius o 98.6 grados Fahrenheit. Es necesario mantener una temperatura estable
cerca de los 98.6 grados Fahrenheit porque, de lo contrario, algunas moléculas importantísimas de mi cuerpo cambiarán de forma,
dejarán de funcionar y moriré. La homeostasis es el término científico para
referirnos a la capacidad del cuerpo para mantener en equilibrio la temperatura.
Pero ¿qué pasa si expongo mi cuerpo al contacto con agua muy caliente o hielo?
¿Cómo se mantiene en equilibrio mi temperatura? Veamos. Colocaré varias bolsas de hielo sobre
mi piel y veré cómo reacciona mi cuerpo. Cinco fríos minutos después, voy a
medir qué temperatura tiene mi cuerpo. Efectivamente, todavía está
cerca de la temperatura corporal normal. ¡Esa es la homeostasis en acción! Una temperatura que esté un grado por
encima o un grado por debajo de 98.6 todavía se considera normal.
Y a pesar del frío que siento, en realidad mi temperatura no ha descendido. ¿Cómo hizo esto mi cuerpo?
Me hizo sentir frío y, para calentarme, me dio escalofríos, que son pequeños
movimientos musculares que generan calor. ¿Ves lo pálido que tengo el brazo?
Después de notar el frío, mi cuerpo envió más sangre al centro de mi
cuerpo y menos a mi piel y extremidades. Mi brazo pierde calor rápidamente
por el contacto con el frío, pero la temperatura se mantiene constante en
el centro de mi cuerpo, que es más grueso, por lo que pierde menos calor hacia el exterior. También se me pone la piel de gallina,
se me ponen los pelos de punta, y eso crea una capa aislante como la
chamarra que quisiera traer puesta. De modo que mi cuerpo utiliza muchas
herramientas para mantener la temperatura. Cuando mi cuerpo detecta que hace frío,
los mecanismos de homeostasis me hacen temblar, hay menos sangre cerca de la piel,
y se me pone la piel de gallina. Esto hace que me caliente más, por lo
que mi temperatura central no cambia. Mi cuerpo utiliza las herramientas
opuestas para enfriarse. Envía la sangre hacia la superficie para
enfriarse, y la piel se pone un poco rosada. Cinco calurosos minutos después Si quiero hacer actividad física cuando
hace mucho calor, mi cuerpo tiene que recurrir a medidas más extremas, porque mover
los músculos consume energía y desprende calor, algo así como temblar para mantenerse
caliente cuando hace mucho frío. Pero en este caso, mi cuerpo tiene que
contrarrestar el calor que provoca el movimiento. Mi cuerpo me hace sentir agotada, me pide
que deje de correr, pero yo no dejaré de correr si eso es lo que quiero hacer.
También me hace sudar para que el exceso de energía se evapore, ya que el sudor extrae el
calor del cuerpo, y esto me ayuda a refrescarme. No todos los animales tienen glándulas sudoríparas
tan eficaces como las de los seres humanos, que podemos soportar periodos más largos de
actividad intensa que muchos otros animales. Cuando me expongo al calor, los mecanismos
de homeostasis permiten que la sangre se mueva cerca de la superficie de la
piel y sudo; por eso, me enfrío. También hay mecanismos de homeostasis para regular
otros fenómenos distintos de la temperatura. Por ejemplo, cuando la presión
arterial cae repentinamente, lo que puede ocurrir si te pones de pie de
repente, los vasos sanguíneos se contraen, y eso hace que la presión
arterial vuelva a la normalidad. Además, si el azúcar en la sangre aumenta,
lo que puede ocurrir después de comer, el páncreas libera insulina para reducir el azúcar
en la sangre y volver a los niveles normales. La diabetes es una enfermedad que
afecta la capacidad del cuerpo para mantener la homeostasis del azúcar en la sangre. En general, la homeostasis ocurre cuando nuestro
cuerpo reconoce una ligera desviación de las condiciones saludables, y contrarresta
ese desvío devolviéndonos al equilibrio.