Tuve muchas dificultades con el futbol americano. Era un deporte muy común que todos en la escuela jugaban. No importó cuánto lo intenté, nunca pude atrapar o lanzar el balón. Todo el mundo en la escuela solía burlarse de mí. Perseveré sin tener suerte. Seguí intentándolo, pero aún no lo lograba. Me di cuenta de que probablemente debía preguntarle a alguien cómo cachar un balón de futbol, necesitaba a un experto. Pregunté a mi hermano y estaba feliz de ayudar. Fuimos al patio trasero y practicamos durante horas. ¡Después de unos días finalmente fui capaz de atrapar el balón! Esto me enseñó que realmente pude aprender algo con práctica y ayuda.

Cuando crees que puedes aprender entonces tu cerebro se vuelve más fuerte, y los estudios muestran que tienes una mejor oportunidad de aumentar tu inteligencia. Si no piensas que te puedes volver más inteligente y te rindes, tu cerebro no crecerá.

Cuando estaba en segundo grado tuve problemas para comprender la resta.

Si mi cerebro estaba acostumbrado en ir en una dirección, ante un nuevo pensamiento me era difícil ir en una dirección nueva.

Mi cerebro cuando estoy aprendiendo irlandés.

Yo soy una gimnasta competitiva y luché por lograr hacer un ejercicio en la viga de equilibrio que involucra un giro en el aire.

En tenis, había estado luchando para perfeccionar mi volea. Antes, nunca fui capaz de golpear la pelota con la fuerza correcta. Intenté evitarlo, porque era duro. Pero mi entrenador me dijo que siguiera tratando. Practiqué en clases, partidos e incluso repasaba la técnica en mi cabeza. Aún después de sentirme frustrada con cómo lo estaba haciendo, seguí intentando. ¡Ahora, todo ese esfuerzo ha valido la pena! Mi volea es uno de mis mejores tiros.

Cuando comenzamos a estudiar las desigualdades me parecían algo confusas, aunque fue una vez que empezamos con los problemas más difíciles que empecé a entender.